lunes, 2 de noviembre de 2009

Concepto de herbario




En Botánica, un herbario (del latín herbarium) es una colección de plantas o partes de plantas, desecadas, preservadas, identificadas y acompañadas de información crítica sobre el sitio de colección, nombre común y usos. Tal colección en general representa a la flora, o patrimonio vegetal, de una localidad, región o país. También se conoce como herbario al espacio donde se encuentra esta colección.
Sobre el material vegetal depositado en los herbarios se fundamenta una parte importante de la investigación botánica, sobre todo aquella referida a la Taxonomía, aunque también es útil para estudios florísticos, biogeográficos e, incluso, moleculares. El material del herbario es el testimonio de las citas de plantas, de las descripciones de las mismas y de los materiales utilizados para proponer nuevos taxones. El tipo nomenclatural de cada especie de planta (el material sobre el que da origen a un nombre nuevo) es, en la mayoría de los casos, una planta seca, depositada y conservada en un herbario.

Este concepto de herbario es relativamente moderno. De hecho, en los siglos XV y XVI, la palabra "herbario" tenía una doble acepción diferente a las actuales. En primer lugar se utilizaba para designar un libro en el cual se enumeraban, describían e ilustraban principalmente plantas medicinales y sus usos. En segundo lugar, también se utilizaba el término "herbario" para referirse a un conjunto de plantas vivas cuyo propósito era el estudio o la enseñanza de la botánica.

Importancia y objetivos


Los herbarios son herramientas de primordial importancia para la Taxonomía, entre otras razones porque proveen el material comparativo que es fundamental para descubrir o confirmar la identidad de una especie, o determinar si la misma es nueva para la ciencia, es decir que no ha sido descripta con anterioridad. Adicionalmente, los herbarios son esenciales para realizar investigaciones en áreas tales como Sistemática, Ecología, Evolución, Morfología, Anatomía, Etnobotánica, conservación de recursos naturales, Biogeografía, Medicina, Criminalística, Paleobotánica, Palinología, Genética y para proveer materiales de referencia en jardinería y educación. Los herbarios son una fuente de información acerca de las plantas y del medio en el que habitan y suponen en sí mismos un registro permanente de la biodiversidad.

Los objetivos del herbario son:
(a) almacenar materiales de referencia. Para ello se requiere la preservación de los ejemplares y un tipo de ordenamiento que facilite su ubicación;
(b) facilitar su uso por parte de los investigadores. Para ello se requiere de un sistema ágil de préstamo, canje y donación de los ejemplares;
(c) educar formal e informalmente. El herbario cumple un rol educativo en el ámbito académico (tanto universitario como preuniversitario) y en el no académico mediante exhibiciones, muestras, folletos, cursos, charlas, cuadernillos y visitas guiadas.

Tipos de herbarios y de colecciones

Se pueden identificar diferentes tipos de herbario de acuerdo a los especímenes que éstos albergan. Así, se denominan herbarios internacionales a aquellos que presentan ejemplares provenientes de floras de todo el mundo, herbarios nacionales a los que mantienen especímenes de un país específico, herbarios regionales y locales, finalmente, a los que almacenan ejemplares de una región, provincia o de una pequeña área. Los herbarios de enseñanza son aquellos adscriptos a una institución educativa y en los que los estudiantes depositan sus propias colecciones. Los herbarios de investigación albergan especímenes que representan un campo específico del conocimiento, como por ejemplo, plantas medicinales, malezas o plantas cultivadas; familias específicas, como por ejemplo Fabaceae o Asteraceae; o un determinado grupo de vegetales, tales como plantas acuáticas o briófitas.

Dentro de un herbario, además de la colección principal de especímenes secos de plantas, también se pueden encontrar colecciones de frutos y semillas, especímenes voluminosos, muestras de madera, briófitas, hongos, fósiles y material vegetal conservado en líquidos preservativos. Las ilustraciones, fotografías, copias de especímenes, como también los preparados microscópicos, forman también parte de las colecciones del herbario.

El proceso de herborización

Prensado
Para preparar una planta colectada a campo y destinada al herbario es necesario secarla y deshidratarla bajo presión lo más rápidamente posible. Este proceso se lleva a cabo mediante el prensado. Una prensa de campo sencilla consta de dos tableros sólidos unidos por tornillos o correas, entre los que se introducen los pliegos de papel que contienen las plantas, separados por almohadillas absorbentes. Las plantas se estiran y acomodan sobre la hoja de papel en el que se van a prensar, procurando que sus órganos tengan una disposición semejante a la que tenían en vivo. Si el ejemplar es grande se puede doblar sobre el pliego mientras está fresco. Se empieza por colocar la parte superior de la planta en paralelo al eje mayor del rectángulo de papel. Llegando a la base de éste se dobla el tallo de la planta, en un ángulo agudo, de modo de llegar arriba del papel otra vez con el tallo, y se repite de nuevo el doblez, cuantas veces sea necesario. Este plegado en zigzag es el más conveniente para que las plantas no se rompan, se ajusten al tamaño del papel y no sobresalgan por los bordes. Las hojas de las plantas deben estar siempre estiradas, unas mostrando el haz y otras el envés, para apreciar los caracteres del indumento y de la nerviación por ambas caras. Las hojas de papel que contengan los ejemplares dispuestos, se separan sobre el papel con almohadillas absorbentes, o bien un grupo de hojas de periódicos. De este modo, no es necesario sacar las plantas de los pliegos donde tan cuidadosamente se han colocado, sino que se reemplazan las almohadillas húmedas por otras secas cuando sea necesario.

Etiquetado
Una vez que las plantas están prensadas, secas y determinadas se procede a guardarlas en el herbario. Cada ejemplar debe llevar una leyenda en una etiqueta en la que consten los siguientes datos: nombre de la especie, datos sobre las preferencias ecológicas del espécimen, lugar donde se recogió, especificando sus características topográficas, altitud, coordenadas UTM, ciudad o pueblo más cercano, y provincia; fecha de la herborización; nombre del recolector precedido de legit (se abrevia leg.) y número de orden de la planta en su inventario; nombre del responsable de la identificación de la especie (se antepone determinavit (se abrevia det.) al nombre del botánico que hizo la identificación.


Preparación de un espécimen para montarlo en una hoja de papel.Conservación y montaje
Uno de los métodos para conservar los ejemplares de herbario es el de congelar los especímenes secos durante 4 días a -32ºC de modo tal de matar todos los insectos, larvas y depredadores que pudiesen destruirlas. El montaje consiste en fijar el ejemplar o ejemplares en un soporte definitivo junto con su etiqueta. Hay diversos métodos. El más sencillo consiste en fijar las plantas mediante tiritas de adhesivo de tela (esparadrapo o similar), sobre una cartulina o papel grueso, de color blanco y de tamaño estándar internacional (23,5cm x 39cm). En primer lugar se pega la etiqueta en el ángulo inferior derecho del pliego. Luego se dispone la planta (o las plantas) en una posición lo más natural posible y se sujetan por aquellas partes que no importe tapar, nunca por la base de las hojas o tocando las flores, salvo que éstas sean muy grandes, sino por el centro de los entrenudos, pedicelos y pedúnculos. Cuando las plantas son muy pequeñas se montan una o dos y el resto se mete en un sobre de papel, que se fijará con cola cerca del centro de la cartulina. Las partes que se hayan desprendido o se puedan desprender, como flores sueltas, hojas o semillas, se meten también en un sobre de papel que se pegará preferentemente cerca del ángulo superior derecho del pliego. El ejemplar así montado se guarda en un pliego doble de papel fino (denominado camisa), en cuyo borde inferior se anotará a lápiz la familia y la especie. Otra posibilidad es pegar sobre el borde de la cartulina una hoja de papel fino y translúcido.


Los grandes herbarios tienen miles de ejemplares guardados convenientemente en cajas y armarios.

Almacenamiento y ordenación



Los pliegos deben resguardarse del polvo, de la humedad, de la luz directa y de los insectos. A los ejemplares se les otorga un número de ingreso en la colección, se protege cada pliego con una camisa de papel consistente, y todos los pliegos de una misma subespecie, especie, sección o género, se guardan entre dos fuertes cartones que se atan con una cinta. Uno o varios paquetes de pliegos, dependiendo de su volumen, se guardan en cajas de cartón con el contenido debidamente identificado en lugar accesible y fácil de leer. Éstas a su vez se colocan en un armario metálico de cierre hermético que permiten almacenarlas en gran cantidad, en un mínimo espacio y a humedad constante. Asimismo, el cierre hermético impide la infestación de los materiales del herbario por insectos, los que podrían acabar en poco tiempo con todos los ejemplares. [a] Frecuentemente, las puertas del armario presentan un espacio donde se pueden colocar insecticidas o bolas de naftalina.

Hay tres criterios básicos para clasificar y ordenar los materiales de un herbario. Un primer criterio, denominado taxonómico, ordena a los ejemplares de acuerdo a su clasificación biológica, lo que permite comparar especies y géneros próximos para identificar un ejemplar nuevo. Un segundo criterio, de índole geográfica, agrupa a los ejemplares según su procedencia, lo cual es de relevancia en el caso de herbarios de ámbito geográfico mundial. Finalmente, los ejemplares también pueden ordenarse, simplemente, por orden alfabético; lo que permite un acceso rápido a cada uno de ellos.

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